Se inició en Estudiantes, pasó por clubes como El Porvenir e Independiente de Avellaneda y luego volvió al Pincha, en donde alcanzó sus propias metas para seguir creciendo y colgó sus botines a los 44 años.

Conoce la historia de una mujer que empezó en los potreros de su barrio y se convirtió en una referente dentro del club albirrojo.

Sus inicios

Desde pequeña, sus primeros contactos con el fútbol fueron en los potreros de su barrio. Allí eran todos varones y ella era la única mujer que iba detrás de una pelota. Como pasa en muchos casos, Gabriela recibía comentarios ofensivos como “machona” o “tenes que jugar a las muñecas”. Sin embargo esto no le importó y siguió su sueño de ser futbolista.

Fue así que en el año 1997 empezó jugar en Estudiantes de La Plata con tan solo 21 años de edad. Ella cuenta que al principio tomaba esta actividad como un pasatiempo pero luego supo que quería llegar lejos en la disciplina y comenzó a entrenar de otra manera con el objetivo de cumplir su sueño.

Para Ramírez fueron 23 años de carrera en donde ella misma se fue poniendo distintos objetivos. “Como jugadora siempre me puse metas personales en el sentido de querer mejorarme personalmente y eso sumaba al equipo“, cuenta la histórica futbolista pincharrata tras retirarse con la camiseta roja y blanca.

Su paso por otros clubes

En el año 1998 dejó el club albirrojo y se fue a El Porvenir. Allí creció mucho futbolísticamente y conoció a Grisel Yanacón, quien años más tarde sería su compañera por mucho tiempo en el Pincha. En aquel entonces el técnico de la institución de Gerli era José Borello (padre del actual director técnico del seleccionado mayor, Carlos Borello).

Dos años después, tuvo un paso por el Club Atlético Independiente de Avellaneda donde jugaría hasta el 2002. De su etapa por esta institución recuerda que tuvieron la posibilidad de ir a entrenar con el seleccionado local.

En relación a su experiencia de pasar por distintos clubes de AFA ella cuenta: “En todos los equipos pasaba lo mismo, teníamos que luchar por un espacio, por materiales, por ropa de entrenamiento. No nos aceptaban, incluso nos hacían sentir que no formábamos parte de la institución”.

La vuelta al club de sus amores y el retiro momentáneo de las cancha 11

En el año 2002, luego de su paso por El Porvenir e Independiente, Ramírez tomó la decisión de volver a Estudiantes institución que ella misma denomina como “el club de sus amores”, donde con el paso del tiempo obtuvo nuevos conocimientos, progresos futbolísticos, roles nuevos como formadora y entrenadora.

Del transcurso de esta etapa Gabriela guarda muchos recuerdos pero sin dudas el más importante es el gol que convirtió en un clásico platense. “En aquella época Gimnasia nos tenia de hijas, pero hubo un partido que me marcó por el gol que hice de tiro libre. Empatamos pero no lo olvido más por lo que significó”, cuenta la defensora.

En el año 2012 dejo de jugar al fútbol en cancha de once por motivos personales, pero esto no significo para ella un retiro del fútbol ya que durante varios años siguió jugando en otros clubes. Durante este periodo tuvo destacados pasos por Victoria y Racing de Bavio, equipos pertenecientes a La Liga de Chascomús, y Alianza, club de La Liga Amateur Platense, donde fue campeona.

Su última etapa en Estudiantes

En el año 2016 Gabriela sintió la necesidad de volver a jugar en cancha de once y regresó al club que la formó. Lo quizás ella no sabía es que esta etapa le traería lo que hoy en día son sus mejores recuerdos.

En el 2018 Estudiantes se consagraría campeón de la Copa de Plata, episodio muy recordado porque al momento de levantar el trofeo las jugadoras se encontraron con que AFA nunca lo había enviado y las jugadoras Pinchas lo reemplazaron con un bidón. “Llegamos a ser nombradas como el club de fútbol femenino que levantó un bidón en vez de una copa”, cuenta Ramírez.

El 2019 también le traería grandes momentos a la histórica defensora. Primero a mediados de año ella y siete compañeras más firmarían contrato para convertirse en jugadoras profesionales. Ese mismo año se volvería a disputar el clásico platense donde Pinchas y Triperas igualarían 3 a 3, Gabriela Ramírez ocuparía un lugar en el banco de suplentes.

También en ese 2019, el 9 de Noviembre, la defensora sería parte de la reinaguración del Estadio Jorge Luis Hirschi, jugando junto a otras estrellas de Estudiantes. “Sentía que el corazón me explotaba de felicidad. Jugar con tantos referentes del club frente a un estadio lleno de hinchas, no tengo palabras para explicar lo que sentí aquel día“, narra con emoción.

El adiós al fútbol

El 9 de marzo de 2020, Gabriela Ramírez decidió retirarse del fútbol profesional tras 23 años de carrera futbolística, en la cual vistió por mucho tiempo la camiseta roja y blanca. La defensora dejó sin dudas una huella marcada en el Pincha siendo una de las mayores referentes del club, siendo reconocida como tal por sus compañeras y seguidores de la disciplina.

Por la mañana de ese día en el Country de City Bell, luego del partido entre Estudiantes y San Lorenzo por el Torneo Rexona, el club le hizo un pequeño homenaje a la Nº 3 reconociéndola por su enorme trayectoria. “Estaba muy tranquila ese día, me levanté con muchísimas ganas de jugar. No me esperaba que ambos equipos se quedaran en cancha para hacerme el tan famoso túnel“, recuerda la jugadora emocionada.

Al día siguiente por la noche, le realizaron otro homenaje. En esta oportunidad fue ni más ni menos que en el estadio de UNO, en lo que era la previa del partido entre Estudiantes y Racing del fútbol masculino. “Jamás pensé que me iba a despedir de local el día de la lucha por nuestros derechos. Mucho menos imaginé la despedida en 1 y 57, ahí sentí que estaba representando a tantas mujeres que lucharon y seguirán luchando por ser reconocidas”, cuenta Gabriela.

La lucha continua desde su nuevo rol

Gabriela Ramírez le puso fin a su carrera como futbolista, pero de ninguna manera se iba a alejar del fútbol y de Estudiantes. Ahora ella ocupa un nuevo rol en el club: se convirtió en entrenadora de las categorías infantiles. La ex jugadora dedica gran parte de su tiempo a formar a las más chicas, tanto como futbolistas como personas.

Todo empezó cuando Roxana Vallejos (actual entrenadora de Rosario Central) le insistió a Ramírez con ayudarla en el cuerpo técnico de Estudiantes en su momento. Respecto a ello cuenta que: “Cuando Roxana me pregunto si quería darle una mano con la escuelita no imaginé que después iba a terminar estando a cargo de casi 60 nenas“.

Hoy en día sigue los pasos de Bettina Stagñares, una persona ejemplar en su vida, con la cual compartió cancha y también fue su entrenadora. “Es un estandarte en el fútbol femenino del club. Es una persona que luchó mucho fuera y dentro de la cancha, y que lo sigue haciendo para que como disciplina podamos seguir avanzando porque nos merecemos seguir creciendo”, cuenta la ex futbolista.

Gabriela Ramírez tomo el ejemplo de su vieja amiga y decidió seguir los mismos pasos que ella. Es por ello que en su rol como formadora, gran parte del conocimiento que tiene es gracias a Bettina. “Es un ejemplo de perseverancia, de lucha, de amor a la camiseta y la persona con más sentido de pertenencia que he visto“, agrega la ahora entrenadora de las categorías juveniles.

Ella recalca que aún falta mucho camino por recorrer. “Deben cambiar algunas cosas para poder tener realmente lo que deberíamos, para crecer de la mejor manera“, cierra Gabriela Ramírez, quien ahora aportara toda su experiencia desde fuera de la cancha.

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