El 6 de mayo jugadoras de la Selección Argentina denunciaron colectivamente, a través de FIFPRO, a un entrenador de la Asociación del Fútbol Argentino por intimidarlas y acosarlas sexualmente durante años. Desde Localía Femenina dialogamos con varias protagonistas de la disciplina para conocer cómo impactó la denuncia en sus respectivos roles y visibilizar el acoso sexual que sufrieron varias mujeres en una entidad deportiva que no fue segura para desempeñar sus objetivos.

El fútbol femenino no está exento de las violencias machistas que cotidianamente existen en la sociedad porque varias jugadoras decidieron alzar la voz y denunciar el acoso sexual que atravesaron por parte de uno de sus entrenadores. A un mes y siete días del comunicado de FIFPRO, no hay novedades respecto al lugar que ocupa (o no) el victimario en AFA. “La Asociación del Fútbol Argentino seguirá atentamente la evolución de la denuncia mencionada y en atención a la gravedad de la misma tomará con firmeza todas las medidas que correspondan…”, expresó dicha organización pero su ausencia es cada vez más notoria.
La noticia trascendió durante la misma semana en la que el sindicato de jugadores y jugadoras publicó la denuncia pero quiénes continúan manifestando su inquietud y acompañamiento con las mujeres afectadas son aquellas que forman parte de la disciplina. “Ojalá que se resuelva pronto, un mes ya es muchísimo tiempo el que están dejando pasar. Lamentablemente es que si existe la misma situación con un jugador no esperan tanto. Nosotras seguimos sufriendo esa discriminación. Quiero decirle a cualquier persona que esté pasando por algún tipo de acoso que no dude en expresarlo aunque sea difícil porque lo mejor que podemos hacer es alzar la voz”, transmitió Ruth Bravo, jugadora de la Selección Argentina y actual Rayo Vallecano.

En el marco de exigir una presencia legal y humana, Celeste Ferrarini, directora alterna de Gimnasia y Esgrima La Plata, manifestó: “Lo único que espero es que AFA se ponga a disposición de la FIFA y ayude a la investigación. El acoso sexual que se denuncia no es un caso aislado, esto pasa mucho más seguido de lo que uno cree”.
Proyectando hacia el futuro, la ex jugadora del Lobo propuso que sea necesario que, todos los que forman parte del fútbol, tengan herramientas para cumplir su función. “Realmente espero que AFA tome cartas en el asunto y se empiece a interiorizar en la situación de cada club, que dé herramientas a los dirigentes, a los cuerpos técnicos y también a las futbolistas para que sepan cuáles son los derechos de cada organismo. Sería un paso increíble para la disciplina en Argentina y también deseo que se empiece a respetar el rol de la mujer en el deporte”, cerró Celeste Ferrarini.

Además, Juliana Román Lozano, ex directora técnica de Huracán y actual integrante de La Nuestra Fútbol Feminista, agregó que es importante que haya mujeres feministas conduciendo espacios para que no sólo se persiga la violencia de género sino que también se prevenga. “Es necesario que las futbolistas se empoderen, que sepan que su cuerpo es suyo y que tienen todo el derecho de desistir de diferentes violencias tanto en su selección como en su vida”, agregó.
El silencio para acompañar y respetar
Agustina Donato, ex jugadora de Platense, comentó que la noticia no fue una sorpresa en el ámbito del fútbol femenino porque era un secreto a voces. “Era muy difícil no estar al tanto de una situación así, no tengo dudas de que a muchas nos hubiese gustado hacer más pero la prioridad siempre fue respetar a las victimas y su decisión. Ellas eligieron este momento para que se dé a conocer y nosotras las tenemos que acompañar”.
En este sentido, cabe mencionar que Macarena Sánchez, actual jugadora de San Lorenzo, manifestó su enojo en redes sociales y también remarcó: “Todos sabían”. Una vez más, la disciplina demostró su unión y en este caso, la sororidad fue la principal fuerza para entender a las victimas y respetar sus tiempos a pesar de estar al tanto del acoso sexual que sufrían.
Una lucha que no termina
A partir de la convocatoria para marchar bajo la consigna “Ni Una Menos”, las situaciones de vulnerabilidad que vivenciaron las mujeres se hicieron visibles y animaron a otras a denunciar, pero en primer lugar se generó un vínculo de acompañamiento interminable. Si hablamos de lucha, el fútbol femenino también peleó desde un principio para que sus derechos sean reconocidos y los prejuicios derribados. Hoy la disciplina se encuentra en un auge futbolístico pero tiene una nueva pelea: romper con el acoso sexual interno y exigir que no suceda nunca más.
“Estamos en presencia de conductas que nuestro país trabaja hace mucho tiempo con el fin de avanzar, se está tratando de cambiar el paradigma en estos tipos de casos, exigiendo su esclarecimiento y la condena correspondiente. Pero vuelvo a remarcar que la prioridad son las victimas y si esto llega a los tribunales de nuestro país, que tenga la justicia que se merece. No tengo dudas de que las jugadoras están teniendo el acompañamiento que necesitan, tanto legal como humano”, explicó Agustina Donato, quién además es abogada.
Con el mismo enojo y deseo que sus compañeras, Florencia Bonsegundo manifestó: “Es un hecho lamentable y una pena que sigan pasando estas cosas pero también es un orgullo que las jugadoras puedan hablarlo, denunciarlo y alzar la voz. Ojalá que paguen los que tengan que pagar”.

Por último, Juliana Román Lozano sostuvo que el accionar de las futbolistas no sólo fue en protección de ellas sino que también en nombre de todas las demás. “El entrenador que se denuncia en Argentina acosó a jugadoras menores y nos preocupa enormemente el poder que tiene para actuar de manera impune. AFA tiene que estar a la altura y hacer lo que tenga que hacer”, selló.
Los días pasan y la información sigue siendo escasa por parte de la casa madre del fútbol respecto a la denuncia porque la única intervención pública fue el comunicado oficial donde remarcaron desconocer lo sucedido. Las victimas decidieron que su protección sea FIFPRO cuando la Asociación del Fútbol Argentino tendría que haber brindado la seguridad necesaria para que las futbolistas confíen en esa campaña contra la violencia de género que tanto visibiliza y poco ejerce la institución. Porque el problema se erradica en esto último, la actual dirigencia de Claudio Tapia, no está presente para acompañar a sus deportistas.
Del otro lado, se encuentran mujeres como Celeste Ferrarini, Juliana Román Lozano, Florencia Bonsegundo, Ruth Bravo y Agustina Donato, que deciden pronunciarse acompañando a las futbolistas, exigiendo justicia y mejoras para el futuro del fútbol femenino en Argentina.
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